La mirada salvaje
2018
Obra seleccionada en el 58º Premio Nacional de Artes Visuales “LindaKohen”.
Esta instalación está compuesta por dibujos que tratan de indagar en pensamientos íntimos, miedos, perturbaciones y principalmente la necesidad de elogiar el placer que genera lo íntimo, de encontrar felicidad en lo indescifrable, lo misterioso o lo que no logro entender.
Creo que se pueden hacer algunas conexiones entre lo que quiero plantear y conceptos como la idea de belleza que maneja el filósofo coreano Byung Chul Han¹. También puedo trazar puentes con ideas sobre el acto de dibujar del crítico de arte John Berger en su libro “Sobre el dibujo”².
En cualquier caso estos conceptos y lecturas, intercambios de ideas, me estimulan en una conversación silenciosa de la que este trabajo es parte.
En definitiva La mirada salvaje es un intento -quizá inútil- de pensar un vivir espontáneo que sea imposible de consumir como producto, de comunicar como discurso o dogma.
Quiero plantear un espacio habitado por el caos, un lugar ingobernable, imposible de domesticar o de comercializar.
Un pequeño grito de libertad salvaje, íntimo y privado.
¹ “Lo bello es un escondrijo. A la belleza le resulta esencial el ocultamiento (…) El desvelamiento la desencanta y la destruye. Así es como lo bello, obedeciendo a su esencia, es indesvelable.” Byung Chul Han, La salvación de lo bello, Ed. Herder.
² “Dibujar es mirar examinando la estructura de las apariencias. El dibujo de un árbol no muestra un árbol sin más, sino un árbol que está siendo contemplado. Mientras que la visión del árbol se registra casi de forma instantánea, el examen de la visión de un árbol (un árbol que está siendo contemplado) no solo lleva minutos u horas en lugar de una fracción de segundo, sino que además incluye una gran parte de la experiencia de mirar anterior, de la cual se deriva y a la cual hace referencia. En el instante de la visión del árbol queda probada toda una experiencia vital. Así es como el acto de dibujar rechaza el proceso de las desapariciones y propone la simultaneidad de una multitud de momentos.” John Berger, Sobre el Dibujo, Ed. Gustavo Gili.